Fuente: Gestión
El recrudecimiento del conflicto entre Israel e Irán ha encendido las alarmas en el mercado global de hidrocarburos, impactando directamente en la estabilidad económica de países como Perú. Expertos advierten que una escalada prolongada en la región del Medio Oriente podría desencadenar un drástico aumento en el costo de los combustibles y una posible escasez de oferta, afectando severamente a los consumidores y la actividad productiva local.
El Departamento de Energía de EE.UU. ha señalado que, ante la retención del petrolero de la estatal iraní por parte de Irán, la producción mundial de petróleo podría experimentar una reducción del 20%. Esta situación, si bien es hipotética, ya genera preocupación y plantea un desafío considerable para la economía peruana, dada su alta dependencia de los combustibles derivados del petróleo.
Aurelio Ochoa, expresidente de Perupetro, subrayó la vulnerabilidad del país: «El impacto en el nivel de inflación de la economía peruana sería un gran shock recesivo, porque cada vez que sube el costo de la energía y genera presión en la inflación, se encarece el costo de la energía a nivel industrial, y eso podría generar una recesión en el consumo». Ochoa considera que el escenario actual de costos crecientes debería ser un incentivo para que Perú incremente su capacidad de producción petrolera.
Actualmente, la mayor parte de los combustibles comercializados en Perú provienen de importaciones, a pesar de que algunos productos fueron excluidos de la importación tras la aprobación del Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles (FEPC), lo que ha contribuido a su vaivén internacional. La dependencia de las importaciones, especialmente en un contexto de incertidumbre global, expone al país a la volatilidad de los precios.
El ex viceministro de Energía, Arturo Vásquez, alertó sobre los efectos negativos que un conflicto prolongado tendría en la economía general, incluyendo posibles implicaciones en el suministro y la cadena de valor energética.
Proyecciones y desafíos:
En el escenario más crítico, el precio del crudo podría ascender hasta los US$ 90 por barril en las próximas semanas, lo que impactaría aún más la economía. Si bien las refinerías locales disponen de stocks para varias semanas, no hay garantías de que puedan mitigar una situación prolongada sin ajustes.
Se destaca que la industria petrolera peruana produce en promedio 45,000 barriles diarios, mientras la demanda interna supera los 260,000 barriles al día, evidenciando la significativa brecha de oferta que existe y la necesidad de potenciar la producción nacional.

















