Tensión en Las Bambas: Enfrentamiento deja heridos y alerta al sector
Fuente: Infobae
Nuevo choque entre comuneros y fuerzas de seguridad en acceso clave a la operación de MMG Las Bambas agudiza la preocupación por la continuidad de las actividades.
Un nuevo episodio de violencia ha sacudido las inmediaciones de la minera MMG Las Bambas, ubicada en el distrito de Challhuahuacho, provincia de Cotabambas, dejando un saldo de tres heridos, incluyendo un efectivo de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales (Dinoes). El enfrentamiento, que involucró a comuneros de Fuerabamba, la Policía Nacional del Perú (PNP) y personal de seguridad privada de la compañía, subraya la persistente conflictividad social y las disputas territoriales que rodean al megaproyecto minero en la región de Apurímac.
Los hechos se desencadenaron en el sector Manantiales, punto estratégico de acceso a las instalaciones de Las Bambas, cuando un grupo de comuneros interceptó el relevo del contingente policial y del personal de seguridad. Según reportes de la PNP, los comuneros emplearon hondas y guaracas para lanzar proyectiles, mientras que las fuerzas del orden respondieron con el uso de gases lacrimógenos.
Informaciones de medios locales, basadas en testimonios de la zona, sugieren que el detonante del enfrentamiento sería un conflicto relacionado con terrenos colindantes a la operación minera. Los comuneros denuncian que Las Bambas estaría negociando de manera exclusiva con una familia, obviando los mecanismos internos de resolución de la comunidad.
Este incidente se suma a una serie de eventos que evidencian la compleja relación entre la minera y las comunidades locales, donde la disputa por la tierra se erige como un factor constante de tensión. Si bien la confrontación del 29 de abril no es un hecho aislado para la población de Cotabambas, sí representa una nueva escalada en un conflicto que parece no encontrar vías de solución. En el fragor del enfrentamiento, dos trabajadores de seguridad privada también resultaron heridos.
La presencia policial en la zona se mantiene, con el acceso principal a la minera bajo vigilancia. Decenas de comuneros permanecen en los alrededores, a la espera de una respuesta concreta por parte de la empresa. La situación se describe como tensa, y hasta el momento, el diálogo entre las partes no se ha restablecido.
La conflictividad en torno a Las Bambas se ha intensificado en las últimas semanas, con comunidades como Huancuire y Pumamarca manteniendo un paro indefinido desde el 13 de marzo en señal de rechazo al proyecto minero. Las protestas se agudizaron tras denuncias de destrucción de viviendas temporales de comuneros en la zona de Chalcobamba por parte de personal de seguridad y policías.
En este contexto, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ordenó recientemente la paralización temporal de las actividades de perforación en Chalcobamba, además de exigir medidas correctivas a la empresa, como monitoreos mensuales del agua del manantial Timpopuquio y la garantía del suministro de agua potable a la comunidad de Contahuire.
Sin embargo, estas medidas ambientales no han logrado aplacar los reclamos de las comunidades, quienes denuncian invasión y contaminación de sus tierras, así como el incumplimiento de compromisos por parte de la empresa. Estas denuncias han recabado el apoyo de diversas organizaciones a nivel nacional e internacional.
Un factor adicional que ha reavivado las protestas fue la absolución judicial de once defensores comunales que habían sido procesados por su oposición a las actividades de Las Bambas. Este fallo judicial ha fortalecido la posición de las comunidades y dado mayor visibilidad a sus demandas históricas.
La situación en Cotabambas se mantiene en un punto muerto, a pesar de los compromisos asumidos en mesas de diálogo previas. Las demandas por una participación más equitativa en las decisiones, el respeto por los acuerdos comunales y la protección del medio ambiente continúan sin resolverse.
Mientras las autoridades mantienen su despliegue en la zona y el acceso a la minera permanece custodiado, la persistencia de los enfrentamientos y la falta de diálogo generan creciente incertidumbre en el sector empresarial sobre la estabilidad de las operaciones mineras y la necesidad de abordar de manera efectiva la conflictividad social en el país.