INEI: Minería e hidrocarburos lideran el crecimiento de marzo
Fuente: Diario Gestión
Los datos preliminares del INEI señalan que la producción conjunta de Minería e Hidrocarburos habría experimentado un significativo crecimiento del 7.04% en marzo, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este notable avance contrasta con el modesto incremento de 1.44% observado en enero y la contracción de -1.31% en febrero, marcando así un punto de inflexión para estos pilares de la economía nacional.
En sintonía con este dinamismo, el sector de la Electricidad también exhibió una recuperación sustancial. Tras una caída del 1.30% en febrero, la producción eléctrica habría repuntado con un sólido crecimiento del 5.58% en marzo, mostrando una tendencia similar a la de Minería e Hidrocarburos en lo que va del año.
Por otro lado, el sector Pesca continúa su trayectoria ascendente con un impresionante crecimiento del 29.12% en marzo. Este robusto desempeño consolida un avance de dos dígitos en lo que va del 2025, manteniendo un ritmo similar al registrado en enero (23.51%) y febrero (24.64%). Este impulso se da en un contexto en el que el Ministerio de la Producción (Produce) ha autorizado recientemente el inicio de la primera temporada de pesca de anchoveta.
Finalmente, el consumo interno de cemento, un indicador clave del sector Construcción, registró su segundo mes consecutivo de crecimiento en 2025. Si bien el avance de 6.44% en marzo es ligeramente inferior al 4.64% de febrero, representa una continuidad en la recuperación tras la caída de 2.76% observada en enero.
Estos datos preliminares del INEI ofrecen una perspectiva alentadora sobre la reactivación de sectores cruciales para la economía peruana, marcando un marzo de notable crecimiento y dinamismo tras un inicio de año con altibajos.
Falta de regulación en eficiencia energética provoca que Minería peruana pierda US$30 millones al año por obsolescencia tecnológica
Fuente: INFOBAE
Un preocupante panorama emerge en el corazón del sector minero peruano, donde la persistente utilización de equipos energéticamente ineficientes no solo infla significativamente los costos operativos, sino que también agrava la huella de carbono y expone a las empresas a crecientes riesgos financieros y ambientales.
La alarmante cifra de más de tres millones de toneladas anuales de dióxido de carbono vertidas a la atmósfera por motores de baja eficiencia subraya la magnitud del desafío. El sector, responsable de casi el 10% del consumo energético nacional, se encuentra en una coyuntura crítica ante la ausencia de una regulación robusta en materia de eficiencia energética, según advierte Osinergmin. La prevalencia de motores eléctricos de bajo rendimiento no solo erosiona la rentabilidad de las operaciones, sino que también genera un impacto ambiental considerable.
Datos revelados por la firma tecnológica ABB estiman que el uso de esta tecnología obsoleta representa un desembolso anual de aproximadamente 30 millones de dólares para la industria, además de su contribución al ya mencionado volumen de emisiones contaminantes.
Mauricio Rosales, especialista en eficiencia energética industrial de ABB en Perú, señala que cerca del 80% de los motores eléctricos empleados en la minería nacional responden a los estándares de eficiencia IE1 o IE2, niveles que han sido superados por las normativas internacionales. Esta realidad no solo incrementa los gastos operativos, sino que también incrementa la vulnerabilidad de las empresas ante fallas inesperadas y paralizaciones de producción, las cuales pueden acarrear pérdidas diarias de hasta 100.000 dólares por operación.
Motores de alta eficiencia: una luz al final del túnel energético.
Ante este escenario, ABB promueve la adopción de motores eléctricos con niveles de eficiencia IE4, una tecnología que promete una reducción del 20% en las pérdidas energéticas y una vida útil superior a las dos décadas. Si bien la inversión inicial en estos equipos es mayor, el 96% del costo total de un motor eléctrico se asocia a su consumo energético, lo que convierte a la eficiencia en una estrategia económica inteligente a largo plazo. Rosales enfatiza que esta transición no solo optimizaría los costos operativos, sino que también facilitaría el avance hacia los compromisos de sostenibilidad asumidos por el país.